En el marco de esta iniciativa compartimos elementos básicos de tres herramientas que son imprescindibles para implementar las economías solidarias: consumo ético, finanzas solidarias, certificación entre otras.

Consumo ético y responsable

El consumo ético y responsable es una poderosa herramienta de las Economías Solidarias, ya que cuestiona la forma en que el capitalismo neoliberal impone necesidades de consumo que no toman en cuenta las condiciones sociales, económicas y materiales en las que se produce. Mediante esta herramienta se promueve la conciencia individual y la organización de las personas en redes y asociaciones de consumidores. Presentamos, a manera de ejemplo, dos organizaciones sociales para defensa de los derechos de las y los consumidores:

El Poder del Consumidor. Organización social que desde el año 2006 ha venido impulsando acciones a favor de la defensa de los derechos de las y los consumidores en México, así como una serie de campañas públicas para denunciar prácticas que afectan los derechos de los consumidores http://elpoderdelconsumidor.org/. Es también organización líder en la red de organizaciones que conforman la Alianza por la Salud Alimentaria https://alianzasalud.org.mx/.

Asociación de Consumidores Orgánicos. Organización social que promueve campañas por la salud, la justicia ambiental, la soberanía alimentaria, la agricultura orgánica, el comercio justo y el combate al cambio climático a través de proyectos regenerativos. Tiene como objetivo brindar información relacionada con temas orgánicos, de salud natural y justicia social a través de artículos, campañas y contenidos educativos
https://consumidoresorganicos.org/

Finanzas solidarias

Son iniciativas financieras en manos de la ciudadanía organizada que tienen un carácter alternativo a las finanzas capitalistas y son indispensables para completar el ciclo económico de las Economías Solidarias: producción – comercialización – consumo.

Al practicarse fuera de la especulación y la usura, haciéndolo desde la confianza y la proximidad de quienes prestan, ahorran y hacen uso del crédito y otros productos financieros, se convierten en una importante herramienta para la inclusión de personas y grupos excluidos por el sistema financiero capitalista y con ello favorecen el buen vivir, el desarrollo social, local y regional.

Dentro de las modalidades de finanzas solidarias están las cooperativas de ahorro y préstamo y las cajas solidarias:
Un ejemplo de este tipo de iniciativas lo representa la Caja Popular Santa María de Guadalupe, fundada en 1960 en El Grullo, Jalisco, bajo principios cooperativos. Al año 2022 cuenta con 58 sucursales en 4 diferentes estados de la República y ofrece diversos productos financieros, muchos de ellos destinados a personas excluidas por la banca comercial. Desde esta caja se impulsó la Sociedad Cooperativa Rural de Compra y Venta en Común y Comercialización “El Grullo”, que garantiza precios bajos en productos de primera necesidad para sus socios.

Otro ejemplo lo tenemos en la Caja Solidaria Guachinango, que es un instrumento de financiamiento social creado en 1997 con recuperaciones de los créditos a la palabra, inicialmente para atender financieramente al sector agropecuario del municipio de Guachinango y otorgar algunos otros servicios. actualmente cuenta con 14 puntos de atención en varios municipios, con más de 15,000 Socios y más de 4,000 Ahorradores Juveniles.

Certificación

La certificación de prácticas no es algo nuevo, desde hace varias décadas existen diversos sistemas de certificación que han sido diseñados y son aplicados por una tercera parte, sin embargo, este tipo de certificación suele ser costoso y por ello inaccesible para la mayoría de los pequeños productores.

Una de las críticas a la certificación realizada por una tercera parte está relacionada con la deficiente regulación y supervisión de las entidades gubernamentales responsables, lo que permite prácticas no éticas, engaño a consumidores bajo etiquetado con información falsa o incompleta, por ejemplo, vendiendo productos de carácter orgánico o bajo el principio de pago justo, responsabilidad social empresarial, entre otros, sin serlo o mostrar una evidencia confiable.

En fechas más recientes, y en diferentes países, se han impulsado sistemas para la certificación participativa. En México, y como ejemplo de estos esfuerzos, están la Red Mexicana de Tianguis y Mercados Orgánicos, el Foro Tianguis Alternativo de la Ciudad de México y El Jilote, Sistema Participativo de Garantía con sede en Jalisco.

La certificación participativa tiene como objetivo cuidar que todos los eslabones de la cadena económica (producción-comercialización-consumo-finanzas) cumplan con los principios y valores de las Economías Solidarias.

Bancos de Tiempo

Esta forma de intercambio nació en Estados Unidos en la década de los ochenta del siglo pasado; actualmente existen Bancos de Tiempo en diversos países, entre ellos, la Red Global de la Asociación para el Desarrollo de los Bancos de Tiempo de España
https://adbdt.org/red-global-de-bancos-de-tiempo/.

En este modelo de intercambio no monetario se comparten principios y valores de las economías solidarias y se reconocen y valoran las habilidades y conocimientos de todas las personas en igualdad de condiciones, es decir, una hora de tiempo otorgada o ganada tendrá el mismo valor, hecho que contribuye al reconocimiento del trabajo no pagado como lo son el trabajo doméstico y el trabajo de cuidados de la niñez, las personas mayores y enfermas.

Para su buen funcionamiento los Bancos de Tiempo requieren contar con principios, valores y reglas; ser redes de intercambio conformadas por un número significativo de personas; concretarse en entornos geográficos locales (barrios, vecindades, etc.) que permitan relaciones de proximidad y confianza; y manejarse con autonomía e independencia de iniciativas gubernamentales.

Prácticas y herramientas
que fortalecen las economías solidarias

Transparencia y rendición de cuentas. Este proceso permite evaluar y reflexionar sobre los resultados e impacto de las acciones realizadas durante un periodo establecido y de cara a los objetivos, metas, valores y principios de las organizaciones, lo que contribuye a mantener un buen gobierno.

Construcción de saberes de manera colectiva y solidaria. Este proceso contribuye a construir de manera colectiva y democrática los conocimientos entre las organizaciones de ES y de estas con otros sectores y grupos, entre ellos, los diversos órdenes de gobierno, academia y empresas socialmente responsables.

Intercambio y transferencia de saberes con otras comunidades y sectores. Las transferencias e intercambios fomentan la construcción de redes solidarias, ensanchan el horizonte de trabajo colectivo contribuyendo a desarrollar acciones con mayor impacto territorial y sectorial, especialmente, en temáticas que afectan a las comunidades más allá de los entornos locales y nacionales, entre ellos el derecho al agua, la soberanía alimentaria y el derecho a la salud.

Perspectiva de género. La incorporación de la perspectiva de género, el fomento de la equidad entre mujeres y hombres, incentivar la participación de las mujeres, así como reconocer el aporte histórico de las mujeres en la economía a través del trabajo doméstico y de cuidados no remunerado, contribuyen a erradicar el machismo y la violencia hacia las mujeres.